Cuidados del oído

El tapón de cerumen

La cera o cerumen es producido por unas glándulas que se encuentran en el tercio más externo del conducto auditivo externo. Por ello, cuando un paciente tiene un tapón de cerumen situado más hacia el interior, suele deberse a que se ha hurgado el oído con palitos de algodón, con clips del pelo, bolígrafos, etc., de forma que ha arrastrado la cera hacia dentro. Introducir cualquier objeto en el interior del oído puede lesionar la membrana timpánica o la propia piel del conducto. El cerumen protege la piel del conducto actuando como un repelente del agua. La ausencia de cerumen provoca sequedad de la piel del conducto y a menudo picor. La cera de los conductos auditibos se limpia por sí sola debido a que hay un mecanismo de la piel del conducto auditivo externo que la transporta constantemente hacia el exterior, donde se seca y se cae. En conclusión no nos deberíamos limpiar los oídos, sin embargo, todos sabemos que en la práctica eso no es así.

El ruido y el oído

La causa más frecuente de hipoacusia, es precisamente una excesiva exposición al ruido intenso. Los fuegos artificiales, petardos, cohetes, etc. pueden lesionar el oído si la explosión se produce cerca de Ud. Por otra parte quien utilice armas de fuego o instrumentos de compresión deberán utilizar cascos protectores. Normalmente la deficientcia auditiva va acompañada del denominado acúfeno o ruido en el oído, que a menudo suele ser permanente. La respuesta personal frente al ruido intenso varía de una persona a otras.
Estos cuadros nos permiten hacernos una idea de lo que representan los niveles tolerables, dañinos y peligrosos.

Niveles normales y tolerables de intensidad del ruido

Decibelios (dB)
10 dB El sonido más tenue que puede oír el ser humano
30 dB Biblioteca, susurro
40 dB Comedor, oficina tranquila, dormitorio
50 dB Nevera
60 dB Aire acondicionado, máquina de coser, conversación
70 dB Restaurante ruidoso, tráfico. A este nivel, el oído puede empezar a lesionarse

Niveles dañinos y peligrosos de intensidad del ruido

Decibelios (dB)
80 dB
  • Metro, tráfico intenso de la ciudad.
  • Fábrica ruidosa.
  • Alarma de reloj.
90 dB
  • Tráfico de camiones.
  • Cortadora de césped.

Cuanto mayor es la intensidad, menor tiempo se requiere para que se produzca la lesión. Se considera que a 90 dB el oído puede lesionarse incluso en menos de 8 horas.

100 dB
  • Motosierra
  • Auriculares musicales
  • Taladradora

Con dos horas de exposición a 100 dB puede ser ya peligroso, y con cada 5 dB de aumento del ruido, el tiempo de seguridad disminuye a la mitad.

120 dB
  • Delante de unos altavoces de una discoteca o concierto de rock and roll.
  • Explosiones de minas.

El peligro es inmediato. Una exposición a 120 dB puede dañar el oído en el acto.

140 dB El motor del avión. Provoca dolor en el oído.
160 dB Lanzamiento de un cohete

NOTA – Sin una protección adecuada, el ruido a intensidades de más de 160 decibelios provoca un daño irreversible; dicho de otra manera: la hipoacusia es inevitable.

Laboralmente no se permite ningún ruido superior a 140 decibelios.

El agua y el oído

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Cuando el agua penetra en el oído puede llevar consigo bacterias u hongos.
Normalmente el agua sale del conducto auditivo y se seca, de forma que estos gérmenes no causan problemas.

A veces, en cambio quedan atrapados en el conducto auditivo externo, crecen, se multiplican y causan infección pudiendo drenar una sustancia líquida de color amarillento. Todas estas secuencias en la evolución de la infección del conducto auditivo pueden prevenirse fácilmente si se utilizan tapones de silicona a medida

El avión, los ascensores y el oído

El viaje en avión siempre conlleva cambios rápidos en la presión atmosférica. Para poder mantener la normalidad de presión en el oído, la Trompa de Eustaquio debe funcionar correctamente, debe abrirse con frecuencia para equilibrar los cambios de presión del oído medio con el exterior. El mismo problema aparece en los ascensores rápidos que comunican edificios muy altos, así como en los viajes en coche al cruzar puertos de montaña. Por lo tanto para poder equilibrar los cambios de presión, masticar chicle o tener caramelos en la boca, activar la deglución e incluso el bostezo logra abrir el músculo de apertura de la Trompa de Eustaquio.

Medicamentos tóxicos para el oído

Ciertos medicamentos de la familia de los aminoglucósidos pueden provocar una hipoacusia o sordera neurosensorial bilateral. Los más conocidos son la kanamicina, la tobramicina, la neomicina, la estreptomicina y la gentamicina.

En cuanto a los antibióticos un adecuado control médico, prevendrá la posible aparición de los síntomas de toxicidad para el oído.

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